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Iniciaremos este tema precisando que una investigación se puede definir como un esfuerzo que se emprende para resolver un problema de conocimiento y que el definirlo es la fase más importante de todo el proceso de investigación. Así, el objetivo fundamental de la investigación es resolver precisamente dicho problema de conocimiento y su éxito se medirá de acuerdo a la claridad, pertinencia y precisión de la respuesta dada.

Pondera lo que dice Carlos Sabino:

La actividad científica no se ocupa por igual de todos los infinitos fenómenos que se presentan en nuestro universo ni intenta responder a cada una de las preguntas que los hombres nos hacemos ante el polifacético mundo en que vivimos. La ciencia se concentra en ciertos temas y explora hasta el final algunos interrogantes, pero deja a algunos otros en la penumbra y se desentiende casi por completo de los demás.

Una de las primeras acciones a realizar por el investigador es el planteamiento del problema específico, considerando los siguientes puntos:


Cuando realices el planteamiento, una vez que has seleccionado el problema de investigación, es importante formular las siguientes preguntas:

¿Cuál es el objetivo de estudiar el problema? ¿Qué conocimientos queremos obtener de esta indagación?

Es decir, determinar los objetivos que pretende lograr la investigación, teniendo presente en todo momento que la intención es ampliar los conocimientos sobre una determinada esfera de problemas.

Cuando queremos dar respuesta a la primera pregunta, nos referimos a los objetivos extrínsecos o externos. Estas investigaciones se clasifican en puras y aplicadas.


La segunda pregunta corresponde a los objetivos internos o intrínsecos. Los tipos de investigación en este caso son respuestas generalizadas a diferentes preguntas que se deben plantear en torno al tema.



Continúa revisando el proceso de investigación. Estudia la forma en cómo se lleva a cabo la delimitación del problema.