

Como revisamos en la unidad anterior, el conductismo se ocupa de las conductas observables, medibles y cuantificables. Plantea la necesidad de crear un sistema educativo en el que se puedan predecir y modificar las conductas, hasta obtener los resultados deseados.
En contraposición, surgió el paradigma humanista en los años cincuentas, atendiendo las áreas que el conductismo y el psicoanálisis habían dejado olvidados: el dominio socioafectivo y las relaciones interpersonales.