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La evaluación se realiza con el propósito de constatar si el grupo ha logrado sus objetivos y, en su caso, qué tan distante se encuentra de ellos.

Es tomar conciencia sobre la eficacia del proceso, por tal razón lo que se evalúa es al proceso mismo, al grupo y a cada integrante. La evaluación corre a cargo del propio grupo, pero el docente es el responsable de sugerirla, pues el resultado de la ésta es un elemento de retroalimentación grupal.

La evaluación grupal puede atender diversos aspectos y, naturalmente, el que más interesa es el aprendizaje, pero pueden incluirse otros temas relacionados, con la madurez emocional alcanzada, las habilidades de comunicación, la capacidad de establecer relaciones sociales efectivas, entre otros.

La evaluación puede ser externa, cuando alguna institución o persona ajena al grupo realiza el registro de observaciones, pruebas y anotaciones pertinentes; sin embargo, la autoevaluación es la manera más adecuada de proceder en la dinámica grupal, pues se presenta en el momento en el cual el grupo lo considera oportuno, y registra adecuadamente las necesidades y parámetros sobre los cuales el grupo desea evaluarse para obtener retroalimentación, ya que una evaluación oportuna y bien hecha motiva la voluntad del mejoramiento.

Se considera adecuado que la evaluación del grupo pueda ser representada en diversas técnicas, incluyendo los exámenes tradicionales. El grupo deberá establecer criterios suficientemente rigurosos para la evaluación, pues también indica su madurez y búsqueda de mejoramiento, sin temor a la autocrítica.

El docente debe ayudar a los alumnos a descubrir e identificar los fenómenos que se producen (comportamientos, percepciones, reacciones, interacciones, procedimientos, métodos, resultados) y los procesos que se desarrollan en el grupo, analizar cómo se producen, tomar conciencia de cómo cada cual los percibe, evalúa y siente y, en consecuencia, actuar de un modo concreto, identificar otras modalidades de comportamiento y de funcionamiento más adecuadas y más satisfactorias para, finalmente, saber aplicar lo aprendido a otras situaciones.