Semana 1. La evaluación y su historia
Funciones de la evaluación
Con lo revisado hasta ahora, podemos concluir que la visión actual de la evaluación la concibe como una actividad o proceso sistemático de identificación, recogida o tratamiento de datos sobre elementos o hechos educativos, con el objetivo de valorarlos primero y, sobre dicha valoración, tomar decisiones (García Ramos, 1989).
Debemos tener en cuenta que la evaluación no es un proceso estático que cumpla una única función, sino que, por el contrario, presenta aplicaciones que cubren las necesidades de los distintos momentos o etapas del proceso de enseñanza-aprendizaje. De ahí la importancia de conocer sus múltiples funciones, estudiar sus distintos usos, concepciones y su práctica actual para trazar propuestas para su proyección.
Según la perspectiva que se aborde, la evaluación puede tener las siguientes funciones:
Función formativa: parte integrante del proceso de desarrollo, que proporciona información continua.
Función sumativa: valcula el valor de los resultados para ser analizados y comparados con los objetivos iniciales.
Función social: simboliza la posición del saber y la competencia, en función de los valores dominantes en cada sociedad y momento.
Función y control: relación existente entre evaluador y evaluado.
Función pedagógica: aquéllas que evalúan los procesos que se dan al interior del aula.
Función sumativa: valcula el valor de los resultados para ser analizados y comparados con los objetivos iniciales.
Función social: simboliza la posición del saber y la competencia, en función de los valores dominantes en cada sociedad y momento.
Función y control: relación existente entre evaluador y evaluado.
Función pedagógica: aquéllas que evalúan los procesos que se dan al interior del aula.
Las funciones de la evaluación según su tipo se pueden esquematizar de la siguiente manera:
*Bettys Arenas de Ruiz y Fanny Torres de Giménez, 1998.