---

La dirección en las instituciones educativas se conforma por varios líderes y son los que están expuestos a los retos generales y específicos que la educación exige, relacionados con los objetivos institucionales y la calidad educativa que en la actualidad se emplea, por lo que el líder en las organizaciones educativas debe contar con ciertas capacidades para liderar junto con sus colaboradores.

En la calidad educativa, el papel del líder cobra relevancia ya que ha de articular una visión para la institución, comunicarla a los colaboradores logrando en ellos el compromiso. Recuerda que en el ámbito educativo el líder es el que transforma y pone todos sus esfuerzos para reconocer y potenciar a los miembros de la organización, así como para orientar sus creencias, actitudes y sentimientos, no solo para la gestión de las estructuras sino para influir en la cultura de la organización, cambiarla y mejorarla, a fin de que se cumpla con los objetivos institucionales.

Según Mulford (2006), la calidad educativa incluye asuntos como:


Para mejorar la calidad educativa, se pretende que los docentes y padres de familia sean copartícipes en los procesos y las prácticas institucionales, las cuales se deben desarrollar a través de diferentes líneas de acción.


Por lo tanto el liderazgo del siglo XXI se tiene que caracterizar en todas las instituciones y organizaciones por su:


Entonces, más que un ejercicio del poder, el liderazgo se tiene que orientar hacia enfoques más holísticos y sistémicos, de tal forma que cada parte que compone una institución educativa, sea un componente importante de un sistema en el cual cada una de sus partes estén interconectadas y se afecten mutuamente.

Según Mulford (2006), los efectos de un liderazgo efectivo en las instituciones resaltan:

• El liderazgo es un factor importante, que contribuye a lo que aprenden los estudiantes.
• Los líderes indirectamente contribuyen al aprendizaje de los alumnos, sobre todo por su influencia sobre otras personas. Para esto dedican tiempo y atención.
• Cuatro son las bases de liderazgo con éxito: formación de las personas, marcar las directrices, gestionar programa de instrucción.
• Rediseño de la organización.

Un líder en educación tiene que tener ante todo vocación de educador, este es un factor determinante para poder realizar una gestión educativa de calidad. El liderazgo se puede aprender, sin embargo no necesariamente un buen líder, es un gran educador. Según Bass, citado por Bernal (2007), existen variables que determinan y caracterizan a un líder educativo.


Un educador que es líder puede poseer cualidades innatas o adquiridas y debe incorporar valores fundamentales y humanistas en toda su actividad educativa, acciones como el autoconocimiento personal lo inducen a un proceso de automejoramiento y a un reconocimiento de sus debilidades, primero él debe estar convencido de lo que piensa y siente, y ponerlo en práctica. Esto significa que posee una base suficientemente magnánima como para poderse sostener con autoridad y respeto.


El líder siempre debe estar atento en el contexto en el que se desenvuelve y analizar las situaciones con optimismo y esperanza, siendo creativo, reinventando constantemente soluciones alternativas que puedan satisfacer las necesidades que tienen las personas, por lo que Según Hunter (1996), además de las cualidades antes descritas, un líder también debe tener:


Considerando que la educación es un servicio que se brinda a los demás, las capacidades y características que debe ejercer y desarrollar un líder en este ámbito con base en su contexto debe de estar siempre centrado en su interacción educacional para cumplir con los objetivos generales de la institución.