“La enseñanza clínica eficaz tiene en cuenta que el docente además de adquirir capacidades cognitivas tenga características emocionales no cognitivas y socioculturales, mantenga una comunicación solidaria con los estudiantes, posea habilidades de comunicación con los pacientes y esté motivado para enseñar”. (García, C., 2017, p.15-16)
Los docentes del área de ciencias de la salud tienen la responsabilidad de formar a estudiantes profesionales en la atención médica para demandas fisiológicas, emocionales, sociales y psicológicas. Triezenberg y Davis sostienen que los educadores deben ir más allá del código de ética profesional de ayudar a los estudiantes a aplicar la teoría en situaciones criticas, debatir temas de bioética y desarrollar la empatía y resiliencia ante las situaciones que viven en la práctica clínica y que será su día a día en el campo profesional”. (García, C., 2017, p.15-16)