“Cuando los estudiantes realizan sus primeras prácticas clínicas se ven sometidos a un conjunto de factores que no tenían en cuenta, así como, enfrentarse a situaciones difíciles que les producen estrés […] o esperanza y miedo al mismo tiempo (miedo a cometer errores, infectarse de alguna enfermedad entre otros). También entran en primeros contactos con la muerte y canalizan sufrimiento y dolor.” (UIS, 2014, p.7)
En estos casos, serán los docentes los encargados de contener la situación y orientar al estudiante al respecto del manejo de la situación y la importancia de la inteligencia emocional para el buen desempeño en su profesión.