Hablar de política educativa es remontarnos al origen de las primeras sociedades. Desde un inicio, la educación ha jugado parte fundamental de la reproducción cultural, fenómeno que permite llevar acabo la interiorización de costumbres, normas, usos, lenguas y todos los elementos que poco a poco configuran la identidad de una sociedad y/o nación.
La intención fue, es y será construir proyectos educativos, que al menos en el ideal del deber ser pretendan impartir una sola y la misma educación para todos, una educación que direccione el proceso político y cultural hacía la mejorara constante de la sociedad, una sociedad que progresivamente sea siempre mejor.
Lograr un proyecto educativo comunitario ha sido un gran reto desde el inicio de las sociedades, pues para conseguirlo es necesario fomentar la participación de todos, asegurando el compromiso del Estado y de la sociedad civil, sin que ninguna de las partes olvide sus responsabilidades, el cuidado y reproducción de virtudes y valores individuales pero dirigidos a los semejantes, para asegurar la prevalencia de la cohesión social.