Lucha por el reconocimiento social
Ya en el tema anterior vimos cuál es la percepción que se tiene del oficio del profesor, la importancia de la vocación y el aspecto moral para llevarla a cabo. Sin embargo, el magisterio como todo grupo o clase social tiene una existencia doble como lo podemos ver en la siguiente tabla comparativa.

Pero, ¿cuál es la posición que la sociedad asigna al magisterio?
Para contestar a esta pregunta analiza los siguientes puntos:
- Existe un gran abismo entre la cantidad de reconocimiento simbólico y la pobreza de las recompensas materiales que el Estado (el empleador) le asigna al magisterio.
- La definición social que se hace del oficio de profesor y lo que él mismo cree es: si el magisterio se define como sacerdocio, pretender recompensas materiales es contraproducente si se quiere obtener un prestigio.
- Pese a la grandeza de la misión de los maestros, esta profesión tiene desde su origen un bajo reconocimiento social.
- La profesión docente, lejos de considerarse digna de los hombres selectos se le relega a la gran masa de los que no se juzgan aptos para otra cosa.
- Un grupo de pedagogos culpan al mismo maestro por no cumplir con la función dominante de su función (que es muy exigente), se le reprocha no poseer una cultura mínima, no hacerse respetar, entre otras.
Esta forma de pensar perduró desde el siglo XIX y principios del siglo XX hasta que diferentes teóricos reconocieron que el maestro no sólo debía vivir para el cumplimiento de su misión (el magisterio como vocación) sino que "el que sirve a la educación de ella debe vivir" (el magisterio como profesión). Hasta estos entonces se comenzó a comprender que el reconocimiento social también es función de una serie de atributos materiales (vivienda, consumo, etc.) que se obtienen con dinero.

Por lo anterior fue posible afirmar que el Estado debe proporcionar a los maestros los medios para que ocupen en la sociedad el lugar que les corresponde, sin dinero la vida se hace pesada ya que el hombre no vive solamente de ideas y de satisfacciones morales, necesita también buenos alimentos y comodidades materiales.
Una vez que se tomó conciencia de este hecho se proponen dos estrategias para "dignificar" al magisterio y elevar el nivel social.
Estrategia 1
- Apunta a mejorar las remuneraciones, condiciones de trabajo y carrera docente.
- Reivindicación del derecho de los maestros a una jubilación con goce de sueldo (a los maestros con 30 años de servicio).
- Goce de sueldo por enfermedad y apoyo en caso de fallecimiento.
- Honores y recompensas para estimular el buen desempeño como puestos, comisiones o cargos honoríficos.
- Otorgamiento de medallas y aumento de sueldo por desempeño.
- Estimular de igual forma a los profesores de instituciones privadas.
Estrategia 2
- Formalización de la formación profesional. Creación de escuelas normales y exigencia de título para ejercer el oficio.
- Formación de un cuerpo independiente y prestigioso con el fin de formar un gremio de iguales.
Como puedes notar se pretende que a través del mejoramiento de las retribuciones materiales y simbólicas de los maestros y la progresiva difusión del normalismo se logre una mejor posición social y un número considerable de personas honorables y capaces se dediquen al oficio de ser maestros.
Para profundizar en el tema da lectura a los siguientes textos:
- Ibarra Russi, Óscar Armando. La función del docente: entre los compromisos éticos y la valoración social. Recuperado de http://www.oei.es/docentes/articulos/funcion_docente_compromisos_eticos_ibarra.pdf
- Esteve, José M. (2005). Identidad y desafíos de la condición docente. Página 1 a 4. Recuperado de http://ocw.pucv.cl/cursos-1/epe1137/materiales-de-clases-1/unidad-1/documentos/idendidad-y-desafios