Política educativa y la formación docente
Por sistema educativo se entiende al conjunto de políticas, instituciones, procesos, sujetos y actores, cuyo propósito es ofrecer un servicio que garantice el derecho de toda persona a la educación; en términos actuales se trata de asegurar una educación de calidad con equidad para todos.

Las políticas educativas hacen referencia al conjunto de decisiones y acciones tomadas con el propósito deliberado de cambiar los insumos, procesos y productos de un sistema educativo. El funcionamiento de un sistema educativo manifiesta un conjunto de políticas educativas que pueden ser explícitas o implícitas.
Políticas explícitas
Están diseñadas para producir ciertos estados en el equilibrio del sistema.
Políticas implícitas
Por omisión, por no decidir atender o cambiar ciertos aspectos del sistema, equivalen a la decisión de mantener un estado presente de acciones.
La reforma de las políticas educativas hace referencia al conjunto de acciones deliberadas por cambiar el "equilibrio" de un sistema educativo, mediante la configuración de insumos, procesos o productos.
Vayamos de manera específica a revisar cómo han evolucionado las políticas educativas de nuestro país, provenientes del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica de 1992 que continúan vigentes, para ello centremos nuestra atención en tres de ellas:

El análisis de cada una de estas políticas se realiza mediante una investigación retrospectiva de políticas; es decir, una vez que la política se ha diseñado y ha comenzado su implementación. Las pautas que orientan su descripción, análisis y valoración son tanto el problema público al cual buscan responder, como sus alcances y límites.
Política de descentralización
De los servicios educativos a los estados aspiraba, sobre todo, a descongestionar administrativamente el sistema educativo mexicano desde la lógica de la nueva gestión pública a fin de darle eficiencia y eficacia.
Política de gestión escolar
Responde a la necesidad de construir un marco de gestión en torno a las escuelas para acercar la toma de decisiones a los centros escolares. Con esta herramienta se impulsaba una dinámica de trabajo colectiva entre docentes y directores para identificar, a manera de diagnóstico, los problemas pedagógicos que explicaban el bajo aprovechamiento escolar de los alumnos. La estrategia quería generar cierta autonomía en las escuelas para dar solución pertinente y singular a sus necesidades, a partir del diseño de un plan de acción concreto sustentado en un diagnóstico previo. Hasta la fecha, continúa esta misma lógica, pero con algunos cambios en su orientación.
Política de formación continua
Tuvo como propósito original revalorar la función del magisterio en servicio para responder, en el corto plazo, a la reforma curricular de 1993 y resarcir el impacto de la crisis económica de la década de 1980 en el poder adquisitivo de los maestros. Esta política resulta transversal y estratégica para cualquier reforma, ya que la descentralización, la reforma curricular y la nueva gestión escolar exigen una actualización, capacitación y profesionalización específica orientada por las exigencias que ha impuesto el cambio gubernamental hacia la calidad educativa.
Se puede observar que los resultados insatisfactorios en el logro educativo se explican por una marcada orientación de la gestión del sistema educativo hacia una gobernabilidad con incipientes tintes de gobernanza que pueden potenciarse en el mediano y largo plazo, para promover la construcción de una gestión sustentada en un modelo de gobernanza que responda, con mayor pertinencia, a las necesidades y problemas de las escuelas en función de sus propios contextos.
Esto último exige que el sistema educativo otorgue la importancia política que merecen los órganos colegiados ya existentes, para favorecer una acción colectiva que transforme las escuelas y beneficie la calidad educativa; por otro, identifique y atienda las fallas técnicas de diseño e implementación de las políticas educativas aquí analizadas.
Lo anterior apremia la construcción de dos tipos de agenda, una política orientada a identificar los asuntos relacionados con la gobernabilidad y la gobernanza como parte de una reforma política, y otra de políticas abocada a revisar y ajustar los diseños e implementación de las políticas en función de sus resultados a la luz de su aporte al mejoramiento del logro educativo, como tarea de una reforma de políticas.
Agenda política
- Revisar el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica para reconstruir una relación equilibrada entre la SEP y el SNTE, a fin de que la autoridad educativa recupere la dirección en el proceso de toma de decisiones en el proceso de las políticas educativas.
- Revisar la participación del SNTE en la articulación entre la política de formación continua y el Programa Carrera Magisterial para asegurar su impacto en el logro educativo. Esto requiere un trabajo de negociación política con este sindicato, a fin de reorientar el actual sistema de incentivos hacia una mayor articulación entre formación continua y desempeño de los alumnos y, sobre todo, asegurar imparcialidad en los procesos de evaluación correspondientes.
- Impulsar la efectividad de los órganos colegiados ya existentes para buscar avanzar hacia un nuevo modelo de gestión a la manera de gobernanza, lo cual exige otorgarles mayor participación y reconocimiento en la toma de decisiones.
Agenda de políticas
- Impulsar un diseño de políticas en red que ubique los aprendizajes y no únicamente la escuela en el centro de las políticas. Esto llevaría a resignificar el peso de los factores pedagógicos (formación inicial, formación continua, prácticas pedagógicas en el aula) frente a los organizacionales focalizados en la gestión basada en la escuela.
- Fortalecer y favorecer el uso y análisis de información a la luz del diseño e implementación de las políticas educativas para una intervención más efectiva. Ello requeriría privilegiar una perspectiva de gestión y política pública en los procesos de decisión frente a criterios meramente políticos.
- Impulsar en el seno de la política de gestión escolar la utilidad estratégica del Programa Estratégico de Transformación Escolar como instrumento para la toma de decisiones en las escuelas y zonas escolares, junto con la consolidación de sistemas de información para la gestión, con el propósito de avanzar hacia la autonomía en los procesos de decisión de las escuelas, que hasta hoy no existe; y fortalecer una toma de decisiones basada en evidencia.
- Junto a lo anterior, ajustar la formación continua respecto de la oferta de cursos de gestión que reciben los docentes y directivos a fin de que estos se orienten hacia el fortalecimiento de capacidades para la resolución de problemas e implementación de políticas y programas.
Ya hemos revisado cómo han evolucionado las políticas educativas y las propuestas para que estas puedan tener los resultados deseados en nuestro país, podemos identificar en ellas una de las figuras clave para el éxito de los objetivos que se plantean, esta figura es la del docente.
Para poder cumplir con las exigencias de estas propuestas se requieren docentes mejor preparados, es por ello que el tema de la política educativa va amarrado con la formación que los docentes puedan recibir, ¿recuerdas la parte de la formación docente revisada en la sesión 1?, retomémosla, ¿cómo ha evolucionado ésta a lo largo de la historia en nuestra país como apoyo a las políticas educativas?, analiza de manera detallada la siguiente tabla: